
Estirando su tiempo
en el otoño
por la tarde de sol,
dos jubilados
conversan y comparten
el café,
en la terraza
de un local del barrio.
Mientras la plaza transita
sus urgencias
cual dos filósofos huidos
que escapan del tiempo
y el espacio
enumeran las llamadas
en la ausencia
de hijos exitosos
y ocupados
Recuerdan la escasez
de las pensiones
los amigos enfermos,
y finados
hacen recuerdos
y planean el ansiado dominó
de aquellos pocos
que aún están quedando.
Sonríen y conversan quedo
mezclando el gesto dulce
y el amargo.
Se incorporan tras pagar
y salen juntos
apurando su tiempo
hacia el incierto ocaso
Caminan la última cuadra
en parsimonia
ponderando una vida
ambos del brazo
hacia la soledad
de cada uno
con la muerte del sol
los jubilados.
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